Como ya nos conocéis y no hay nada que nos detenga, este año me he ido a Turquía con mis dos hijas de finales de Agosto y principios de Septiembre. Ha sido un viaje diferente, con poca gente en las calles, pero compartiendo como siempre momentos estupendos con amigos que tenemos desde hace más de 20 años. Hemos comprado muchísimos kilims y alfombras antiguos y vintage, cojines, sacos, y muchísimas cosas más que. También estuvimos con nuestros amigos refugiados afganos, que, por cierto, nos invitaron a comer un delicioso «Pilav Kabuli». Es una familia de etnia turkomana y adquirimos collares, pulseras, anillos, cajas y piedras. Tuve dudas de si ir o no a Turquía hasta el último momento, pero la verdad que ha resultado en todos los sentidos uno de los mejores viajes de los últimos años.