Nuestra alfombra ha acabado en una oficina de un colegio en Bélgica, y estamos llenos de gozo ya que el director nos pidió que le enviaramos fotos del taller de Comercio Justo con el que trabajamos con refugiadas tibetanas en Nepal. Mostrarán al alumnado las fotos y les hablarán del Comercio Justo. ¡Esperamos que la semilla de un mundo más justo germine en estos niños y niñas!