En turco, pıtrak es un motivo que se cree tiene su origen en un ideograma que simboliza el sol, sin el cual las plantas no pueden crecer. Sin embargo, con el paso de los siglos este origen se olvidó, y el motivo se transmitió oralmente bajo un nombre inspirado en un elemento familiar de la vida pastoral: el pequeño cardo bien conocido por las tejedoras, que pasan horas retirándolo de la lana antes de hilarla. ¿Significa esto entonces que pıtrak —que designa una planta cuyos frutos se adhieren a la ropa y, sobre todo, al pelaje de los animales, en particular al vellón de las ovejas— no está vinculado a ningún mito o creencia antigua? En los entornos rurales, la expresión turca “pıtrak gibi”, literalmente “como el cardo”, en el sentido de “abundante como el cardo”, parece confirmarlo: el cardo no sería más que la representación de la planta de la que toma su nombre, simbolizando la fertilidad, al igual que la espiga o la granada, únicamente por su carácter vegetal.
Una representación solar y femenina
Otra observación, sin embargo, nos remite al sol y sugiere lo contrario: cerca de Ankara, en el yacimiento hitita de Alacahöyük, se han desenterrado estandartes solares rituales de bronce, datados en la segunda mitad del III milenio a. C., que muestran un “cardo” similar al que aparece en los kilims. Ahora bien, como mencionamos a propósito del símbolo del rombo, los anatolios consideran al sol como un astro femenino. Pıtrak sería, por lo tanto, una representación solar: el centro del motivo en forma de rombo expresaría su naturaleza femenina, mientras que las líneas que irradian hacia afuera figurarían su centelleo, al que con frecuencia se compara con el resplandor de una mujer.